Es mucho más barato; permite usar residuos; es técnicamente sencillo y hay gente que puede capacitar a quienes necesitan casa y están rodeados por botellas "inservibles"; funciona en lugares mucho más pobres que Tucumán, con menos infraestructura; se logran construcciones hermosas, térmicamente confortables, levantadas por sus dueños, con el orgullo que eso supone para quien lo hace. Entonces, ¿por qué no hay quién lo emprenda en Tucumán?